jueves, 1 de noviembre de 2012

El corazón late 240 veces por minuto, la respiración sobrepasa los limites de velocidad establecidos, los gadeos son la banda sonora y el ruido de la gente se mezcla con el tic.tac del reloj.

Corro, para no llegar tarde otra vez y mis pies esquivan las rayas de los baldosines, mi sonrisa responde a la de los músicos que cada día ven la escena en los pasillos subterráneos de la ciudad, el flequillo es lo de menos y lo que contenga la mochila está de más.

Siempre voy con prisa, será mi necesidad de vencer al tiempo, una eterna guerra contra-reloj al ritmo de Alex Clare en la que estás Tú en mi cabeza y los minutos pisándome los talones.